viernes, octubre 28, 2011

La desaparición de MEO, el Indignado


Llevo tiempo percatándome que Marco Enríquez Ominami, MEO, líder del incipiente Partido PRO, no fue capaz de consolidar “su visionaria y pionera mirada de indignado” que mostró en la pasada campaña presidencial.

Finalmente MEO no ha  aparecido hasta el momento o no logró visibilidad en los diversos movimientos ciudadanos que se han generado durante el último año.

No tengo recuerdos –lo que abre un flanco para deslegitimar este comentario- de una participación activa respecto a la termoeléctrica de Punta de Choros, tampoco figuró en lo referente a la oposición de la construcción de las represas que se instalarían en la Patagonia para construir hidroeléctricas o en lo podría parecer más adecuado al perfil que personalmente le atribuyo al candidato del poco más del 21%, el movimiento estudiantil.

Reviso varias posibilidades al respecto, las cuales no son excluyentes y tampoco necesariamente sumables, inclusive algunas eliminables. Son solo teorías.

·         No son temas de su interés.
·         No tiene afinidad con los ciudadanos, sino más bien se desenvuelve en las estructuras jerárquicas de los partidos políticos. Los movimientos sociales más horizontales y con muchos líderes no calzan en su estilo.
·         No tiene equipos territoriales influyentes, por ende no logra hacerse presente en las agendas.
·         No quiere cometer el error de Lavín y estar 4 años en campaña, por lo que pronto debiera volver con todo a los medios de comunicación.
·         La anterior campaña lo dejó sin recursos financiaros para actuar.
·         Los medios de comunicación no le dan espacios.

Finalmente, pareciera que ningún político, ni aquellos que abrazaron la nueva política del descontento,  ha logrado sintonizar con la ciudadanía empoderada.

sábado, octubre 22, 2011

Renovación de Políticos, Renovación de Ideas


Se ha hablado bastante (porque no diré hasta el cansancio, puesto no nos cansaremos) de la renovación de los políticos y si bien sería buen indicio que varios desaparecieran de la escena, porque la verdad ya nos tienen aburridos -y como manifesté hace un tiempo, por último estamos dispuestos a creerles a otras personas o que nos embauquen rostros nuevos, aunque obviamente no es la idea- esto no solo se trata de aquello, sino y principalmente de una renovación más profunda: Una Renovación de las Ideas.

Los políticos están añejos, desconectados y sordos. 

En Chile las ideas son dignas de la guerra fría, de aquellas que nos enseñaron en el cine donde había buenos y malos, donde algunos enloquecen con el mercado y otros añoran el estado, donde unos son fanáticos culposos religiosos y otros se comen las guaguas.

No conocen la realidad que vive nuestro país, signo de ello es la creación de  leyes y programas generales y únicos para una nación diversa, donde lo que sirve en Santiago, no es aplicable para Illapel, Osorno o Calama, dejando en el camino las verdaderas necesidades de la gente, beneficiando de manera encubierta el compadrazgo y el poder del dinero sobre la dignidad de las personas. ¿O alguno de ustedes dudaría de que los honorables habrían recibido los Ipad 2 si esto no hubiese sido público?

No han sabido escuchar a la gente en la calle, simplemente están desconectados con una sociedad que ha madurado y que quiere que los políticos sean representes de los votantes y no de si mismos, casi en el camino “peligroso” del asambleísmo. Creo que muchos de estos sordos solo se pliegan a los bien ponderados movimientos sociales cuando estos les pueden traer réditos electorales.

Renovar las ideas, implica asumir los riesgos de una sociedad avasalladora, cambiante e influenciada por las modas, pero sin duda, a la vista de los fracasos de la vieja política, es riesgo que debemos y podemos correr.